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Javier Milei le pidió a Luis Caputo operar para llegar al “investment grade” como Paraguay

El ordenamiento macroeconómico impulsado por Javier Milei, que derivó en una baja de la inflación y el regreso de los superávits gemelos, aún no termina de convencer a los inversores como para que destinen una buena cantidad de dólares a estas pampas.

El fantasma de la enorme deuda que afronta la Argentina, equivalente a su Producto Bruto, sigue siendo una nube negra sobre el panorama del país.

A pesar de los recaudos y promesas realizados por el ministro de Economía, Luis Caputo, anida en algunos círculos financieros la temida posibilidad de que la Argentina no pueda afrontar todos sus vencimientos del año próximo.

Propuestas como el blanqueo de capitales y el régimen para grandes inversiones prosperaron y cayeron muy bien en el mundo empresarial, pero la sensación en el mercado es que aún falta para que el país pueda vencer una desconfianza de décadas.

Enterado de ese escenario, Milei pretende avanzar con un frente por demás complicado, incluso más que el fenomenal ajuste que le permitió alcanzar el equilibrio fiscal antes de lo esperado.

“Estamos ordenando la macro, hay agencias de calificación pensando en mejorar la nota del país, pero nos falta una definición de alto vuelo que nos ponga de nuevo en el radar el mundo inversor”, es el análisis que se realiza en la Casa Rosada.

Javier Milei quiere que Argentina alcance la categoría de “Investment Grade”

Esa definición sería alcanzar en el mundo financiero la categoría de “Investment Grade”, o grado de inversión, un logro que podría disparar miles de millones de dólares hacia el país más austral del mundo.

La posibilidad existe, aunque los plazos para alcanzarla se dilatan, según la fuente que se consulte. El hecho de que Paraguay haya dado la sorpresa y logrado esa calificación de grado de inversión, genera una envidia sana en la Argentina y a su vez hace creer el optimismo en que el objetivo se podría lograr.

“Llegar a investment grade debería ser algo lógico si se tiene en cuenta que estamos construyendo una nueva Argentina sobre tres pilares fundamentales: una macro ordenada, anclada en el equilibrio fiscal, y un esfuerzo titánico para desregular toda la economía argentina“, dice Milei.

Sostiene que “la reducción drástica del gasto público que estamos llevando adelante, lo que nos va a permitir devolverle en bajas impositivas al sector privado el producto que el Estado le robó. La brújula de este cambio apunta a que la Argentina sea el país más libre del mundo“.

La fuerte baja del riesgo país en los últimos meses, a la zona de los 700 puntos, desempeña un rol clave en cualquier estrategia de un país para alcanzar el grado de inversión.

“Estoy fuertemente comprometido porque en algún momento de la gestión podamos llegar a ser Investment Grade”, sostiene Milei.

RIGI, una variable que podría disparar las inversiones que espera Luis Caputo

La calificación de país en “Grado de Inversión” por parte de las calificadoras de riesgo crediticio permite la inversión en activos del país a los grandes flujos financieros, que por regulaciones propias evitan exponerse en naciones con mayor riesgo.

En esa ecuación, la expectativa de que el RIGI dispare inversiones por unos u$s50.000 millones, es una variable central para lograr ese objetivo.

Los países se clasifican en función de su nivel de inversión. Aquellos que alcanzan la categoría de “investment grade” son considerados libres de riesgo, lo que significa que ofrecen seguridad jurídica y liquidez. En la región, Chile, Perú, México y Uruguay son los países mejor evaluados, habiendo alcanzado el grado de inversión por parte de las tres agencias calificadoras más reconocidas: Moody’s, Standard & Poor’s (S&P) y Fitch Ratings.

Pero la situación de la Argentina es preocupante, porque ha sido catalogada como país fronterizo, lo que implica que los fondos internacionales no pueden invertir. Esta calificación se debe a la falta de cumplimiento de regulaciones y a la inseguridad jurídica. A pesar de que la Argentina ha recuperado cierta posición en el mercado de deuda, su estatus en inversiones privadas sigue siendo crítico.

Estas categorizaciones afectan la percepción que tienen los inversores sobre el país y, por ende, su disposición a invertir.

La percepción del riesgo es determinante, y los inversores globales se guían por la información disponible, lo que puede distorsionar la realidad local.

A fines de julio, la calificadora de riesgo Moody’s le otorgó a Paraguay el investment grade. Lo destacó como país con acceso al crédito internacional con mejores condiciones de tasas de interés y una mayor amplitud en los plazos.

Este gran logro paraguayo fue conseguido después de las cuatro temporadas marcadas con la pandemia en las que los productos de exportación tuvieran los precios en máximos históricos, muy pocas veces logrados.

La soja, por ejemplo, llegó a cotizar a mediados de 2022 en la zona de los u$s650, y eso le permitió a Paraguay acumular reservas, estabilizar sus cuentas y consolidar su economía.

Mientras que la Argentina, en el mismo período, con ventas de granos gigantescas, quemó todas las exportaciones y ahuyentó a los capitales. No solo no logró la nota de investment grade, sino que la sacaron de todas las escalas, al considerarla “stand alone”.

Por qué Argentina podría demorar en lograr la calificación de “grado de inversión”

Para la calificadora de riesgo Moody’s, la Argentina puede demorar “varios años” en llegar a la calificación de “grado de inversión”.

“Cuando hemos visto países que salen de la parte de ‘ratings’ bajos como el que tiene Argentina, se demora mucho llegar a ese ‘investment grade”, dijo el vicepresidente del sector de Riesgo Soberano de Moody’s, Jaime Reusche. “Llegar al grado de inversión típicamente tarda varios años”, insistió.

Y citó el caso de Grecia, que estuvo en grado de inversión, lo perdió, hizo la cesación de pagos “más grande de la historia” en 2010 y hasta este 2024 solo ha logrado llegar al nivel inmediato inferior al grado de inversión.

“Con toda la ayuda del Banco Central Europeo, de los (organismos) multilaterales, del Fondo Monetario Internacional, se ha demorado por lo menos 14 años y todavía le falta un poquito más para llegar al grado de inversión”, explicó Reusche.

Más optimista, Milei sostiene que durante su mandato el país volverá a ser emergente en la calificación crediticia. “Estoy fuertemente comprometido, porque en algún momento de la gestión podamos llegar a ser ‘investment grade”, asegura.

La firma financiera MSCI reclasificó en 2021 al mercado de capitales argentino desde la categoría de “emergente” a la de “standalone”, un nivel inferior a mercado “de frontera”, debido a la severidad de los controles de capitales, de forma que las acciones de empresas del país quedan fuera de los índices elaborados por MSCI y los fondos internacionales que replican estos índices no pueden mantener posición en estos activos.

El escenario base de Moody’s es que Argentina atravesará algún tipo de renegociación o reperfilamiento de la deuda por la “incertidumbre” debido a la presión que existe sobre las cuentas externas, que considera que se extenderá hasta 2026.

Pero analistas locales sostienen el optimismo. Para Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, si la Argentina no tiene un shock exógeno, podría seguir con este programa y “el mercado podría tranquilamente pricear una Argentina Investment Grade, que es un riesgo país de 200 puntos, dentro de tres años. Las calificadoras llegarán un año después”.Enrique Pizarro

Chialva califica de “soberbio” el programa argentino y destaca en primer lugar la decisión de ir a déficit cero. Destacó además que “ya se está levantando el cepo. La salida del cepo no es una foto, es una película. Y la película está transcurriendo frente a nuestros ojos”.

Caputo espera capitalizar este optimismo de buena parte del mercado para terminar de convencer a aquellos que “toda no la ven”.

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