En un contexto marcado por la incertidumbre económica global, el comportamiento del dólar en 2025 será clave para las decisiones financieras de empresas y particulares. Expertos en economía y finanzas consultados por el Banco Central (BCRA) en su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), analizaron los factores que influirán en la moneda estadounidense durante el próximo año y se animaron a predecir la evolución de su cotización.
Según las expectativas de los analistas consultados, el tipo de cambio nominal mayorista alcanzaría un promedio de $1.042 por dólar en enero de 2025, con un incremento mensual del 2,1% respecto de diciembre de 2024. Para diciembre de 2025, el pronóstico ubica el valor del dólar en $1.205, lo que implicaría un aumento interanual del 18,1%, consistente con una variación promedio mensual de 1,4% en todo el año.
Los especialistas más destacados, agrupados en el denominado Top 10, coincidieron en proyecciones similares, situando el tipo de cambio mayorista en $1.043 por dólar en enero de 2025.
A mediano plazo, el informe refleja que las proyecciones para el tipo de cambio nominal para diciembre de 2026 implican un incremento anual del 14,7%. Con esto, el dólar mayorista llegaría a $1.382.
La evolución del tipo de cambio oficial refleja al menos indirectamente que seguirá controlado por el Gobierno. En otras palabras, no se espera una unificación cambiaria al menos hasta fines de 2025.
La reducción del crawling peg, por otra parte, es una herramienta que el Gobierno quiere utilizar para ayudar a que el proceso de desinflación tome mayor velocidad. Un menor ajuste del tipo de cambio oficial automáticamente provoca que los precios de los productos importados tengan menores aumentos calculados en pesos. Y lo mismo sucede con los insumos importados que utilizan las empresas. Todos estos factores deberían ayudar a que la inflación siga desacelerando, especialmente en el caso de bienes transables.
Como la suba del tipo de cambio oficial (estimada en 18,2%) sería inferior al incremento de los precios (estimados en 25,9%), esto significa que la Argentina seguirá encareciéndose en dólares, pero a un ritmo menor que el año pasado.
El Gobierno promete ir eliminando gradualmente las trabas para acceder al mercado cambiario, pero por ahora nadie habla de ir hacia una unificación cambiaria, al menos en el corto plazo.
El REM de diciembre estimó que la inflación general del último mes de 2024 sería de 2,7%, una baja de 0,2 puntos porcentuales respecto del relevamiento anterior. En términos interanuales, los analistas proyectaron una inflación de 117,8%, ligeramente menor a la estimada en la encuesta previa.
El IPC núcleo, que excluye bienes y servicios con precios estacionales o regulados, mostró una proyección mensual de 2,6% para diciembre de 2024. A lo largo del año, la inflación núcleo alcanzó un 104,3% interanual, manteniéndose en línea con el relevamiento anterior.
Para 2025, los analistas prevén una desaceleración significativa, con una inflación general proyectada en 25,9% interanual. Por su parte, la inflación núcleo se ubicaría en 24,8% interanual, consolidando una tendencia hacia la estabilidad en los precios. A largo plazo, las estimaciones sugieren que la inflación general se reduciría al 15,3% interanual en 2026 y al 10% interanual en 2027.
En términos de Producto Interno Bruto (PIB), el REM anticipó una caída del 2,6% en 2024 respecto al promedio de 2023, una leve mejora de 0,4 puntos porcentuales en comparación con la encuesta anterior. Este ajuste refleja el impacto de la contracción económica registrada en la primera mitad de 2024 y las perspectivas de recuperación en el cuarto trimestre, con un crecimiento trimestral proyectado de 0,9% desestacionalizado.
Para 2025, los participantes del relevamiento proyectaron un crecimiento promedio de 4,5% interanual, mientras que el grupo Top 10 estimó un crecimiento más moderado, de 3,8% interanual. A mayor plazo, las proyecciones para 2026 y 2027 indican tasas de crecimiento del 3,7% y 3%, respectivamente.