David Lynch, el director, guionista y pintor estadounidense reconocido por su influencia en el cine y la televisión, falleció a los 78 años.
La noticia fue confirmada por su familia a través de un emotivo comunicado en redes sociales, que pidió privacidad y recordó al artista con sus icónicas palabras: “Mantén la vista en la dona y no en el agujero”.
“Con profundo pesar, anunciamos el fallecimiento de David Lynch. Hay un gran hueco en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría: ‘Mantén la vista en la dona y no en el agujero’. Hace un día precioso con un sol dorado y cielos azules hasta el final”, expresó la familia en el comunicado.
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Una vida marcada por el arte y la salud frágil
Lynch fue diagnosticado con enfisema en 2020, una enfermedad relacionada con su hábito de fumar desde los 8 años. En 2024, en una entrevista con la revista People, detalló las graves consecuencias de su adicción al tabaco.
“Apenas podía atravesar una habitación. Es como si caminara con una bolsa de plástico alrededor de la cabeza“, recordó sobre los últimos tiempos de su vida. En ese momento, Lynch se convirtió en una figura de advertencia sobre los peligros del tabaquismo.
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El director relató cómo su salud se deterioró hasta llegar al punto de que, al no poder respirar correctamente, fue aconsejado a dejar de fumar.
“Vi la escritura en la pared y decía: ‘Vas a morir en una semana si no lo dejas’”, explicó. Fue entonces cuando tomó la decisión de abandonar el cigarro.
De pintor a cineasta: la carrera de un visionario
La carrera de David Lynch comenzó en el arte visual como pintor, pero fue el cine el medio en el que dejó su huella. Su primer largometraje, Eraserhead (1977), se convirtió en un clásico de culto, lo que le permitió ingresar al mundo de Hollywood. Fue contratado por Mel Brooks para dirigir The Elephant Man (1980), un drama sobre un hombre deformado, que recibió múltiples nominaciones al Oscar.
Pese a un fracaso con su adaptación de Dune (1984), Lynch se recuperó rápidamente con Blue Velvet (1986) y Wild at Heart (1990), este último ganando la Palma de Oro en Cannes.
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Su serie Twin Peaks (1990), que revoluciona la televisión al tratar temas oscuros y sobrenaturales, se convirtió en un fenómeno de culto. Lynch también incursionó en el cine experimental con Lost Highway (1997) y Mulholland Drive (2001), esta última ganando la crítica y consiguiendo una nominación al Oscar.
Además de su trabajo cinematográfico, Lynch exploró la pintura, la música experimental y el cómic, demostrando su versatilidad artística. Fundó la David Lynch Foundation para promover la meditación trascendental, una práctica que defendió a lo largo de su vida.
Reconocimientos y legado
A pesar de no haber ganado un Oscar, Lynch recibió numerosos galardones a lo largo de su carrera, incluidos el León de Oro en el Festival de Venecia (2006) y un premio honorífico en los Independent Spirit Awards (2007). Su legado perdura como un referente del cine surrealista y experimental.
David Lynch deja atrás una vida de exploración artística y una legión de seguidores que continúan siendo cautivados por su visión única. Le sobreviven sus cuatro ex esposas y sus hijos, Jennifer, Lula, Austin y Riley.