¡No pasarán!
El día martes 14 bajo el título de “recesión del contrato laboral” y de la forma más cruel llegaba su despido por GDE (un correo interno) a 121 trabajadores del Hospital Nacional Baldomero Sommer, ubicado en General Rodríguez de gran referencia en la zona y de importancia a nivel provincial. Peligran más puestos de trabajo ya que mientras escribimos estas líneas, están las amenazas de que el número siga en aumento.
Nada es casual, el gobierno de Javier Milei sigue pasando su motosierra por las áreas más sensibles de la sociedad y ya le declaró la guerra a la salud pública al mando del Ministro de Salud de la Nación, Marío Lugones, que anunció 1400 nuevos despidos para su “reestructuración del sistema de salud público” y “optimización de recursos”. Bien sabemos que es un desguace que quieren hacer en distintos hospitales y centros de salud de importancia para ir aún más allá y lograr el avance de la privatización total del sistema de salud, pero lejos de lograr una resignación hay quiénes están en pie de lucha como el Hospital Laura Bonaparte que viene de realizar asambleas masivas, paros y hasta tomas.
La mayor parte de los trabajadores despedidos del Sommer, contaban con años y años de antigüedad, algunos muy cerca de la jubilación, otros que estuvieron toda la pandemia trabajando y arriesgando sus vidas para salvar otras. Este hospital se sostiene gracias a sus trabajadores ya que el ajuste viene de varios gobiernos y hace tiempo se veía un recorte en los salarios, pero también en insumos y servicios para ofrecer a los pacientes. Sumado a que gran parte de los despedidos son de profesionales contratados, que ningún gobierno pasó a planta permanente. Aún con la degradación y el desfinanciamiento de la salud pública, el Hospital es una gran referencia para esta zona del conurbano bonaerense.
En el día de hoy se realizó una movilización a la dirección, donde acompañaron a los trabajadores, pacientes, familiares, vecinos y organizaciones. Luego en una radio abierta cada uno de los profesionales fue enumerando los ajustes de la nueva dirección que no solamente despide sino que cierra pabellones como el de cuidados paliativos y el de psiquiatría.
No podemos omitir que con esta situación los sindicatos presentes ATE (quien conduce en el Sommer) y UPCN no han hecho más que tomar medidas tibias y que más allá de algún cartel o volante, lo único que le ofrecen a los trabajadores es esperar pasivamente a que se logre una mesa chica de diálogo para “ver qué se puede hacer”. No podemos tolerar un despido más, reincorporación ya de todo el personal despedido.
Juventud Socialista del MST – Oeste