El 27 de noviembre, el fallecimiento de Leonor González Mina, conocida como “la Negra Grande de Colombia”, conmocionó a sus seguidores, que la consideraban una de las mayores exponente de las raíces culturales del país.
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Aunque aún no se han divulgado las causas de su muerte, hace años la cantante de Yo me llamo cumbia reveló en el programa Los informantes, de Caracol Televisión, que una de las situaciones que casi la mata fue la política.
En medio de la entrevista, la artista recordó que hizo parte del Congreso de la República, idea que tuvo con el propósito de hacer un trabajo más social, pero confesó haberse arrepentido al punto que su participación política le afectó su salud.
“La política fue horrible, me dio dos veces como unos infartos y la otra vez me comenzó como un derrame cerebral, porque además no tenía nada que ir a hacer allá”, dijo la cantante para la entrevista en 2020.
Su paso por la política llegó en un momento complicado de su vida, en el que su hijo Candelo Cabezas (también músico, integrante del grupo de Eros Ramazzotti) murió a los 35 años por una neurisma, lo que le quitó el deseo de pararse en los escenarios, y prefirió usar su voz en otros espacios como el congreso.
Aunque su propósito dentro de la política estaba enfocado en poder generar un cambio con su influencia, la cantante confesó que el impulso se dio por la muerte de su hijo y un grave problema que presentó en las cuerdas vocales.
La mujer además aseguró que su hijo Candelo fue quien estuvo junto a ella en un momento importante de su música, por lo que le enseñó a tocar la percusión desde temprana edad, por lo que esa muerte la afectó por varios años.
“Estuve silenciada por tres años o cuatro años…, yo no quería saber nada de nada… perdí la voz, pero resulta que cuando volví a cantar, yo sentía que mi hijo me guiaba y me decía que tenía que seguir cantando”, dijo ‘La negra grande’.
Meses después de la muerte de su hijo, Leonor soñó que su hijo le pedía volver a cantar con el propósito de un cambio que necesitaba Colombia. “Una vez soñé con él, diciéndome: ‘Tú tienes que seguir catando, tienes una misión en este país”, explicó la cantante.
Desde ese momento se dio a la tarea de volver a los escenarios, pero esta vez con un enfoque social en el que decidió cantarle a mujeres que han sido víctimas de violencia, o que han perdido un hijo, como en su caso.
La cantante de Jamundí logró representar para Colombia el nacimiento de un legado para la música folclórica, misma que uso como herramienta para llegar a nuevos escenarios internacionales como París, siendo de las primeras en poder llenar varios auditorios con su voz en la ciudad del amor.
Leonor debutó como cantante en la ciudad europea, pero fue hasta la década de los 70 que la artista logró consolida darse como una de las mejores vocalistas de Colombia y Latinoamérica, llegando a ser uno de los talentos más reconocidos en México, Costa Rica e incluso Estados Unidos.
El trabajo de ‘La negra grande Colombia’ fue retribuido en varias oportunidades como la distinción de la mejor artista del país en 1975 por el diario El Tiempo y la Orden Simón Bolívar del gobierno colombiano en el año de 1980.
Además, su legado no solo quedó en las grabaciones de sus exitosos discos, sino también en el ámbito de la actuación, por la recordada artista hizo parte de grandes series de la televisión como Azucar, La viuda de blanco y La potra Zaina.