El buen clima financiero local sigue fortaleciendo al peso argentino. Los analistas del mercado estiman que la tendencia se mantendrá durante un tiempo más y descartan saltos devaluatorios en el corto y mediano plazo debido a la mayor solidez en las variables de la macroeconomía, aunque advierten que la apreciación afectará a varios frentes.
La fortaleza de la moneda local se refleja en el mercado cambiario. Las cotizaciones alternativas del dólar acumulan fuertes caídas en los últimos meses, por lo que la brecha respecto al tipo de cambio oficial ya se encuentra en el nivel más bajo desde 2019, previo al regreso de los controles cambiarios.
En el último mes, los precios de los dólares paralelos acumulan bajas de hasta 9%. Si se compara con el pico que marcaron a mediados de julio, la caída nominal de la cotización es de 33% y la apreciación de la moneda local es mucho mayor en términos reales, teniendo en cuenta la inflación acumulada durante este período.
Con la caída de la cotización del dólar MEP, que en las últimas jornadas ha estado cotizando por debajo de los $1.100, la brecha respecto al tipo de cambio oficial mayorista se ubica en 7%, lo que es celebrado por el mercado financiero, que sigue esperando nuevos levantamientos de los controles cambiarios por parte del equipo económico del Gobierno.
¿Peso fuerte y dólar barato para rato?
En los últimos 30 años, hubo cuatro momentos con el tipo de cambio real tan bajo como ahora: a finales de la convertibilidad, al final del segundo mandato de Cristina Kirchner (de cara al cambio de Gobierno), con la gestión de Mauricio Macri en 2017 y en los últimos meses del gobierno de Alberto Fernández (tras el triunfo electoral de Javier Milei).
“Cada uno de estos episodios vino seguido de grandes devaluaciones del tipo de cambio oficial. Sin embargo, quizás esta vez sea diferente”, resaltan los analistas de la consultora 1816.
En ese sentido, señalan la combinación de tres factores actuales que “obligan a tomar en serio la posibilidad de que el ciclo de tipo de cambio real apreciado pueda extenderse durante un tiempo”:
- El superávit fiscal, algo que no estaba presente en ninguno de los cuatro momentos mencionados.
- El potencial del complejo de Vaca Muerta, que pronto generará el ingreso de divisas por exportaciones de más de u$s15.000 millones por año.
- Los dólares del blanqueo de capitales, que sirven como “puente” en 2025, aportando los fondos en el corto plazo para ayudar a cubrir parte de los vencimientos de deuda en moneda extranjera.
El equipo de research de Portfolio Personal Inversiones coincide en que están dadas las condiciones para que la dinámica de la brecha cambiaria se prolongue por un tiempo y afirma que las expectativas devaluatorias están ancladas, lo cual es clave para consolidar la desaceleración de la inflación, prioridad para las elecciones legislativas que se realizarán el próximo año.
“Sin perspectivas devaluatorias (de unificación) a la vista y un registro histórico de corto plazo que no premió la tenencia de dólares físicos a los ahorristas, las tasas fijas en pesos siguen siendo demandadas por el mercado, a la par que vemos esta evolución bajista de los tipos de cambio”, agregan los analistas de Aurum Valores.
Efectos negativos de la apreciación de la moneda local
El equipo de Cohen Aliados Financieros advierte que, a pesar del buen clima financiero local, persisten los riesgos de volatilidad en el mercado debido a la fuerte apreciación del peso argentino, lo que se agrava en un escenario en el que las monedas de otros países se están depreciando ante la expectativa de aplicación de mayores aranceles por parte del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Por su parte, la consultora 1816 advierte que tener “un peso fuerte para rato” contiene principalmente tres problemas:
- Si el contexto internacional se complica o hay un “susto político”, el potencial de caída del peso es muy grande y el Banco Central no tiene reservas netas (siguen negativas) para hacer frente a un eventual desplome en la demanda de la moneda local.
- A estas cotizaciones de los dólares financieros, el stock de pesos medido a este tipo de cambio, que en enero no llegaba a los u$s50.000 millones, ya supera los u$s100.000 millones.
- A este tipo de cambio, hay sectores económicos poco competitivos (turismo, economías regionales, algunas industrias, etcétera) que, de mantenerse este escenario, podrían destruir empleo sin la garantía de que otros sectores más dinámicos puedan contratar a esos trabajadores.
“Si ‘todo sale bien’, vamos a tener todos los síntomas de lo que los economistas denominan la ‘enfermedad holandesa’, con algunos sectores muy ganadores (los exportadores más competitivos, como energía, servicios y no transables) y sectores muy perdedores (otros exportadores o productores de bienes transables para el mercado interno)”, sostiene.
Sin embargo, los analistas resaltan que lo anteriormente descrito “no hay que verlo como algo necesariamente malo: en todo caso, será cuestión de que la política económica pueda compensar en cierta medida a los trabajadores y a las regiones desfavorecidas mientras se facilita la transición hacia actividades más competitivas”.
“La ambiciosa agenda de desregulación debería tener un impacto significativo (aunque de una magnitud difícil de anticipar) sobre la productividad y la actividad económica, independientemente del tipo de cambio que dicte el contexto internacional y las políticas fiscal y monetaria. En fin, lidiar con un equilibrio de moneda muy apreciada es un problema de administrar la abundancia”, afirman.