En octubre, los salarios formales medidos a través del RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) aumentaron el 6,6%, superando la inflación promedio que ese mes que fue del 2.7%.
Estas cifras marcan una mejora salarial con relación a la suba promedio de los precios, y también una suba en relación a los incrementos nominales del 3,8% de agosto y del 4,1% en septiembre, igualando al 6,6% de julio,
No obstante, y como se explica más adelante “el RIPTE no puede ser considerado como un indicador de la evolución de los salarios. Es un indicador previsional que no necesariamente refleja el comportamiento de los salarios correspondientes al empleo asalariado registrado”, según aclara la Secretaria de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en los informes mensuales.
Desde mayo, tanto por las paritarias como por los aumentos para los de “fuera del convenio”, hay una recuperación salarial luego del fuerte deterioro que se produjo por la devaluación de diciembre y la disparada inflacionaria posterior.
Así, y tras las fuertes pérdidas del poder de compra salarial durante los dos gobiernos anteriores, en relación a noviembre de 2023, en los primeros 11 meses de la gestión de Javier Milei, el salario promedio RIPTE aumentó un 156,4%, en tanto la inflación fue del 159,8%. Representa una caída del 1,3% por encima de la pérdida del 20% en los anteriores 6 años.
El salario promedio RIPTE en octubre fue de $ 1.146.474,18 cuando en noviembre 2023 había sido de $ 447.079,57.
El RIPTE es un índice salarial previsional y parcial que se calcula sobre los salarios formales con aportes a la Seguridad Social hasta un tope (base máxima imponible de $ 2.674.293 en octubre) ) para los aportes personales al sistema de seguridad social que varía todos los meses, aunque el trabajador no haya obtenido aumentos salariales. Y considera, pero con límites, los salarios de los puestos de trabajo del sector privado y del sector público nacional, provincial y municipal que transfirieron sus cajas previsionales al SIPA-ANSeS.
La Secretaría de Seguridad Social aclara que para el cálculo del RIPTE se consideran los salarios de los puestos de trabajo con una antigüedad de 13 meses o más, tanto del sector público como privado. Es decir, se excluyen las remuneraciones de los nuevos empleos. Además, solo cuantifica los componentes remunerativos del salario (imponibles al sistema de seguridad social). Es decir, no toma en cuenta los aumentos no remunerativos que se acuerdan en muchas paritarias.
Por eso la Secretaria de Trabajo considera que el RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) no significa que el salario o ingreso real total haya variado en la misma proporción. Reconoce que “es factible que, en distintos períodos de tiempo, un indicador típico para evaluar los salarios como el promedio salarial del empleo registrado privado presente variaciones diferentes al RIPTE”. Y es además una de las razones de las diferencias con el Índice de Salarios del INDEC, que es una encuesta, y que incluye los ingresos de los trabajadores no registrados.
Otra medición oficial de Trabajo, más acotada, a partir de las remuneraciones brutas devengadas para cada mes de los asalariados del sector privado, declaradas por el empleador al sistema de seguridad social, señala que la remuneración nominal bruta promedio de septiembre de 2024 fue de $ 1.297.860, y creció un 200,6% con relación al mismo mes del año anterior. Por su parte, la mediana de la remuneración bruta (la mitad de los trabajadores) fue menor a $998.468, con un aumento del 191,8% en la comparación interanual.