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Take on Me, la canción de A-ha que cruzó el siglo y todos conocemos gracias al video más revolucionario de MTV

Los A-ha sabían que detrás de esa melodía de sintetizador había algo serio. Solo se necesitaba resaltar el tecladito saltimbanqui y esperar el momento adecuado. Take on me tuvo más de una versión. Hasta fue editada un par de veces antes de que llegara el video que la terminaría de catapultar.

En su momento no funcionó como se esperaba. ¿Qué hizo la banda? ¿Probó con otro tema? No, probó con el mismo relanzándose con un subrayado que la volvió indispensable en la historia del pop: el videoclip. Take on me fue un tema que buscaba ser el imperio para los sentidos, entrar por el oído y por el fatigado sentido de la vista, un sentido que sirve también para tocar.

Hace 40 años se editaba lo que fue considerado algo así como primer dispositivo audiovisual. Para MTV, una cadena que inauguró la señal en 1981 con imágenes del lanzamiento del transbordador espacial Columbia y el alunizaje del Apolo 11, Take on me fue un experimento para probar una hipótesis.

No es lo mismo bandas o solistas que se hicieron conocidos por sus canciones que A-ha. Nirvana no es un producto de MTV. Ya eran famosos. En todo caso la señal promovió su música desde una plataforma novedosa. El MTV Unplugged resultó un acto consagratorio de Kurt Cobain y su trío.

¡Mirá vos!

Morten Harket, el cantgante de A-ha. Entro él a la banda y llegó el despegue. Foto: Reuters

Desde el nombre, A-ha prometía asombro. Castellanizado es algo así como “Ajá”, “¡Mirá vos!”. De eso trataba Take on me, un tema que siempre estará por delante de la importancia de estos noruegos guapos y un tanto andróginos que sólo pretendían desembarcar en los Billboard Hot 100, la lista de simples musicales más antigua del mundo.

Los años hicieron que Take on me se estudiara, desde el sintetizador juguetón, como una especie de detonante de esas hormonas de la felicidad que ahora están de moda. Se ve que algo pasa con la dopamina cuando escuchamos esa melodía pegajosa. Para llegar a eso lo grabaron en más de una oportunidad. Los noruegos son humildes, tranquilos, sencillos, respetuosos, muy puntuales, educados y reservados. De su obstinación se habla poco.

La registraron siendo un grupo barrial de Oslo y después como A-ha. En este caso, dos veces y en dos tempos distintos. Más tarde llegaría la planetaria versión animada. El dispositivo musical de Take on me cruzó de un siglo a otro hasta ser la canción mas emblemática del concepto MTV.

Hayan sido adolescentes a secas o sean centennials, ni unos ni otros quedaron al margen de una canción que supo vender millones de discos y también se reproduce -hoy, ahora mismo- en YouTube, el MTV recargado que se activó en 2005.

¿Un solo hit?

El video de “Take on me”, de A-ha, tiene más de 2.100 millones de reproducciones en YouTube.

Jóvenes de ayer y hoy, sin embargo, se han desinteresado profundamente por el resto de la obra de A-ha. ¿Existirá algo más aparte de Take on me? La “academia” siente un particular rechazo por la flor de un día. Un solo éxito es una de las peores cosas que pueden pasar en la música. De hecho existe una etiqueta peyorativa (one hit wonder) que empuja al artista hasta el lugar de la dulce condena.

La compusieron dos tipos con nombres de US Open: Pål Waaktaar y y Magne Furuholmen, guitarrista y tecladista respectivamente cuando formaban parte del grupo Bridges, en la desconocida Noruega. En 1982 apareció quien finalmente llevaría el tema al lugar sagrado. Hablamos del Rey del falsete, Morten Harket, compañero de escuela que parecía escapado de la serie Viaje a las estrellas. A Morten -que sigue dejando un reguero de almíbar a su paso- se le adjudica la frase cánonica: “La introducción de Take on me tiene un sonido universal”.

Cuarenta años pasaron de la edición de aquel video musical que coronó la época de oro de los clips y marcó uno de los primeros hitos audiovisuales de la música pop.

MTV había mostrado sus primeras armas con un video de Pat Benatar -anterior a Madonna-, pero apostaba a tener un éxito que posicionara la marca. Igual que Netflix con sus producciones propias, la señal -con el apoyo de Warner Bros- buscaba un prestigio parcialmente ajeno a lo conocido. A-ha tenía un hit y un cantante fachero. El dispositivo audiovisual perfecto.

Para hacer el clip no se ahorró nada: contrataron a un tipo que había trabajado dándole órdenes a Michael Jackson en el video de Beat It, Steve Barron. Visto a la distancia, la década del ’80 hizo esfuerzos denodados para renovar la forma de consumir música. Para relacionarla con la televisión. Para que compitiera con la radio.

El logo de MTV, la señal televisiva y musical por la que “Take on me” se hizo un éxito universal.

Resultado: Take on me logró ser número uno en 27 países, pero también arrasó con los premios MTV, alzándose con seis galardones. Las categorías fueron: mejor artista nuevo, mejor video conceptual, video más experimental, mejor dirección, mejores efectos especiales y -la más importante y definitiva- elección de los televidentes.

El video clip tardó en filmarse casi tanto tiempo como El Eternauta. Más de cuatro meses trabajando de forma artesanal, los diseñadores dibujando a mano y en lápiz miles de viñetas que cobraron vida en lo que ya conocemos. Tan bueno el resultado del video que hasta puede verse como la banda de sonido de un cortometraje de suspenso.

Se escribió que fue un clip a la altura de “un clásico absoluto del new wave”. Se habló de “ese inolvidable riff de teclado y el delicadísimo falsetto de Morten Harket”. Del video se elogió “el híbrido de live-action e historieta animada”.

Hubo una grabación de video previo que se esconde como si fuera una cirugía estética. El primer intento de clip, austero, tristoño, mostraba a la banda don nadie interpretando la canción en un fondo azul y a un ritmo diferente.

El documental Aha: La película repasa el extraño mundo del trío noruego que en 1985 publicó una de las canciones más populares de Spotify, 40 años después. En YouTube tiene casi 2.150 millones de reproducciones. Sobrevuela la pregunta de cómo se sobrevive al éxito prematuro de una canción excepcional.

Morten Harket. “Take on me” fue el gran éxito de A-ha. Foto: AP/ Franco Greco

Un dato color: Bunty Bailey, la actriz que aparece en Take on Me, terminó siendo la novia de Morten Harket.

Como excusa de los 35 años del lanzamiento de su tema de 1985, el grupo vino a la Argentina en 2022. Además, la actriz y el cantante se reencontraron en 2019 en el mismo bar de los hechos, pero ya lejos del vínculo sentimental. La idea era recuperar anécdotas de la grabación. Savoy Café, breakfast, lunch, dinners. Una esquina que no quiere cambiar. Ella, una señora. El, idéntico al del video.

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