Igual que cuando estalló la Guerra de Malvinas, muchos británicos no tienen idea de dónde quedan las islas Chagos, sobre el conflicto de soberanía que generaron, acerca de la expulsión de sus habitantes y su conversión en la secreta base militar americana Diego García, en Medio del Océano Indico. Pero la decisión del gobierno británico de entregar la soberanía de las islas Chagos a Mauricio y de continuar por 99 años el «leasing» a los norteamericanos de la base, generó una inmediata asimilación con el caso de las islas Malvinas.
Este miércoles, el primer ministro británico Keir Starmer se encargó de descartar cualquier negociación por las islas en disputa, en la interpelación semanal en la Cámara de los Comunes británica. “Son británicas y seguirán siendo británicas”, dijo Starmer, en la más sólida garantía de un gobierno laborista a que las Islas Malvinas y Gibraltar seguirán “siendo británicas”.
Starmer garantizó la soberanía británica sobre las Malvinas y lo consideró “una cuestión personal». «Mi tío combatió allí”, dijo.
La decisión del Gobierno de entregar las Islas Chagos a Mauricio ha generado preocupaciones sobre el futuro de otros territorios de ultramar. El tratado sobre las islas del Indico también «abordará los errores del pasado y demostrará el compromiso de ambas partes de apoyar el bienestar de los chagosianos», según una declaración conjunta del primer ministro británico, Keir Starmer, y el primer ministro de Mauricio, Pravind Jugnauth.
Ed Davey instó al Primer Ministro a ayudar a los pescadores de las Malvinas. “Uno de los muchos problemas para nuestra economía, derivados del terrible acuerdo Brexit, fue la burocracia que se ha impuesto a las empresas”, dijo.
Starmer se dirigió a la Cámara de los Comunes durante la interpelación y anunció: “Hay muchos ejemplos de eso. Pero a principios de esta semana me llegó un nuevo ejemplo que afecta a los pescadores de las Malvinas, que de otro modo tendrían que pagar enormes cantidades en aranceles para poder vender sus productos en el mercado europeo o navegar bajo un control de bandera española”.
“Entonces, cuando el Primer Ministro renegocie el acuerdo comercial, ¿podrá recordar los territorios de ultramar y garantizar que los ciudadanos británicos,que pescan en las Malvinas, puedan navegar con orgullo bajo la bandera británica?” preguntó el diputado Davey.
Starmer respondió: “Mi tío casi pierde la vida cuando su barco fue torpedeado defendiendo las Malvinas. Son británicas y seguirán siendo británicas. Y la soberanía en Gibraltar tampoco se puede negociar”. “Por supuesto, haremos todo lo posible para que a todas las empresas les resulte más fácil comerciar más libremente para que podamos hacer crecer nuestra economía. Lo de las Malvinas lo tengo muy claro. Es personal para mí”, finalizó.
Tras el acuerdo del Reino Unido para entregar las Islas Chagos, la gobernadora de las Islas Malvinas, Alison Blake, trató de calmar las preocupaciones sobre la soberanía del territorio. El compromiso del Reino Unido con la soberanía del territorio del Atlántico Sur es «inquebrantable»; y «permanece intacto», afirmó en un comunicado publicado en las redes sociales. En el mensaje a los residentes, dijo: «me gustaría asegurarles que los contextos legales e históricos del archipiélago de Chagos y las Islas Malvinas son muy diferentes. Los ministros del Reino Unido han sido muy claros durante todo el proceso en que el Reino Unido no aceptará nada que pueda poner en peligro la soberanía de otros territorios de ultramar”, aseguró la gobernadora.
«El gobierno del Reino Unido sigue comprometido a defender el derecho a la autodeterminación de los habitantes de las Islas Malvinas, y el compromiso inquebrantable del Reino Unido de defender la soberanía del Reino Unido permanece intacto», aseguró Blake.