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Gustavo Córdoba: “Hay un clima parecido al del ’76, cuando parte de la sociedad decidió mirar para otro lado”

Los exabruptos del presidente Milei buscan desviar la atención de los problemas económicos, sostiene el consultor político Gustavo Córdoba. A su vez, señala que estos gestos son parte de una narrativa oficial que prioriza la controversia para ocultar la falta de resultados. “Este tema de Davos representa una expresión de la dificultad del Gobierno para avanzar políticamente”, explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Gustavo Córdoba es consultor político, director de la consultora Zuban Córdoba, y de la Maratón ComPol, un importante seminario de comunicación política. Además, es especialista en comunicación electoral y gubernamental, máster en comunicación política y licenciado en ciencias políticas. Gustavo fue uno de los profesionales que se pronunció contra los dichos de Javier Milei sobre el colectivo LGBTQ+.

¿Es posible que al presidente le estén empezando a “entrar las balas”, o por otro lado, que cada vez que se mete con algo que tiene que ver con valores de la clase media, como fue en su momento la universidad pública, o como es ahora determinados valores respecto a la diversidad sexual, cuando sale del terreno económico y ya no es una cuestión de por lo que fue votado, ahí siempre termina teniendo una descarga negativa?

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Es probable que veamos un Gobierno que tiene como dos rutas en paralelo: la ruta de la política y la ruta de la economía. Cuando, entre comillas, va por la ruta de la economía, que es la determinante, el Gobierno es como que tiene un relato que va más a una cuestión mundial que a la cuestión argentina, con lo que está generando en términos de medidas y de impacto, sobre todo en las economías regionales y en la economía personal de cada uno de nosotros.

Y cuando se mete con la política, es como que lo hacen, o con mucha improvisación, y entendible, porque además es un esquema muy nuevo, pero también creo que lo hacen como una manera de buscar cierto esquema de distracción que, desde todo punto de vista es legítimo en la comunicación de un gobierno, en la creación de una narrativa propia, en donde incluso puede haber elementos fantasiosos, inventados o mentiras, dicho sea de paso, creo que este gobierno es el más pródigo a la fecha en materia de fake news.

Analizando el discurso de Davos, creo que puede haber un antes y un después, sobre todo en esto que bien señalabas Jorge, de ciertos valores que tiene no solamente la clase media, sino la sociedad argentina, en términos de libertad, y de lo que entendemos realmente por libertad, no el entendimiento restringido que tiene este Gobierno de la libertad según ellos. Creo que la libertad que se luchó por conseguirla desde el ’83 en adelante es un bien social de alto valor. Y acá creo que, en términos de opinión pública, la sociedad argentina no comparte la agenda de extrema derecha que le está proponiendo este Gobierno.

Entonces, si el gobierno sabe esto y sabe que la mayoría de la sociedad no acompaña, porque lo dicen las encuestas, las nuestras, estuve viendo hace un par de días la de Bacman, de CEOP, que va más o menos en la misma línea, ¿por qué entonces el Gobierno siempre avanza por ese lado? Esta idea de generar controversia para tapar los temas de la economía, sin dudas.

El viaje de Milei tanto a Washington como a Davos ha escondido, de alguna manera, la ausencia de resultados. Creo que Milei pudo comprobar en los Estados Unidos que la agenda de Donald Trump no es compartida para la región, mucho menos para la Argentina, y creo que ahí estuvo el primer convencimiento.

A partir de ahí, creo que se buscó dar en Davos un marco, digamos, distractor a la política económica argentina, y se buscó la salida de conseguir dólares baratos vía el campo, lo cual tiene una pequeña trampa, pero al fin y al cabo, el Gobierno está demostrando que los dólares no van a llegar, o no van a llegar en la medida y en el tiempo que el gobierno pretende para llegar a las elecciones. Así que ahí está el gran dilema.

Creo que este tema de Davos representa una expresión de la dificultad del Gobierno para avanzar en una dirección que le dé un resultado políticamente positivo.

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¿No termina siendo doble el problema? Porque si para tapar por lo que fuiste votado, que es la economía, elegís un tema que rechazan quienes te votaron, y finalmente la realidad se va a terminar imponiendo si la economía es un problema, entonces estás generando dos problemas al mismo tiempo…

Es probable. Creo que ahí hay algo de la impericia que tienen este tipo de esquemas. No tienen expertiz política. Recordemos que Milei ganó las elecciones presidenciales sin tener un esquema dirigencial detrás. No tenía representación en las provincias, prácticamente su partido político tampoco tenía presencia más que en cuatro o cinco distritos.

Creo que hay un clima de opinión, un clima social, muy parecido al del golpe de estado del ‘76, donde una gran parte de la sociedad argentina eligió mirar para otro lado mientras las fuerzas armadas tomaban el poder y generaban una de las dictaduras más sangrientas de nuestra historia. Creo que parte de ese clima de opinión lo tenemos hoy aquí. A mucha gente no le importan los motivos o los modos que tiene el Gobierno para bajar la inflación, y en ese hecho objetivo, en el haber bajado la inflación sin importar cómo, sin importar, por ejemplo, todo lo que Milei dice, porque tampoco les importó a la hora de votarlo en las elecciones de 2023. Tienen la convicción o la prueba, o la semiplena prueba, de que Milei va a sacar el país adelante en términos económicos.

Allá ellos. Yo creo que allí hay una debilidad muy importante, a la par de una fortaleza del gobierno. ¿Por qué? Porque, al mismo tiempo que describimos con claridad este hecho, vemos que la oposición tiene enormes dificultades para sostenerse, para galvanizar una oposición antimilei, porque aún en el sector antimileista, yo diría, Jorge, que hoy hay más posiciones anti-K que anti-Milei. Entonces, pensando aún en un momento económicamente malo para este Gobierno, una devaluación importante, por ejemplo, las consecuencias de eso posiblemente se neutralicen porque hoy no hay un proyecto alternativo en la oposición a lo que representa este Gobierno.

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Reflexionamos respecto a distintos momentos en los que la sociedad se reveló, y en líneas generales, que fue la clase media. Por ejemplo, en el Cordobazo, o por ejemplo, en 2001, con el corralito, los ahorros que quedaron metidos dentro de los bancos imposibles de sacar. ¿Vos creés que la reacción contra este Gobierno va a venir de las clases medias?

Es probable que sí.

Escuchaba yo al economista Álvarez Agis, un hombre que tiene un criterio de análisis que unifica muy bien los criterios económicos y políticos. Él decía, y comparto, que el superávit que hoy nos está dejando Vaca Muerta lo están gastando los argentinos que están en el exterior, y que esto puede representar un problema, porque cuando necesitemos ese superávit, la economía argentina lo necesite, no sé si va a estar.

Ahí hay un dilema. Este gobierno apostó todo este periodo de transición hasta las elecciones, apostando a la bicicleta financiera, al carry trade. Así que habrá que ver. Yo creo que la clase media tiene un rol. Hoy una gran parte de esa clase media argentina es acrítica con la realidad, es como que está con la expectativa favorable de que esto arranque en algún momento, y si no arranca, bueno, ahí sí podríamos empezar a ver cómo este Gobierno puede empezar a recibir algunos reproches, no de la oposición política, sino más bien de los sectores que lo terminaron votando.

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El planteo es que la clase más baja está en una necesidad de supervivencia, después de 10 años de caída de su capacidad de consumo, y que no tiene capacidad de rebeldía hoy en día, se ha latinoamericanizado, para decirlo de alguna manera, ha perdido el deseo de igualdad. Hablábamos el otro día aquí, en otra entrevista, sobre la paradoja de Tocqueville, que plantea que cuanto mayor es la diferencia entre las clases sociales, menor deseo de igualdad se produce en la clase más baja, porque se ve tan distante, tan imposible esa aspiración, que directamente se la reprime o se la anula. Y esa clase media, decíamos, que hoy puede ir a Florianópolis, para decirlo de alguna manera, podría ser, cuando mañana la economía no le dé respuesta, desde donde podría hacer la oposición… ¿No cree?

Siempre y cuando la oposición haga mérito. Porque, Riorda, un amigo, colega, señalaba que, en términos de dicotomía en la Argentina, cuando ganó Milei, ganó la bronca frente al miedo. Y creo que si hoy hiciéramos un plebiscito, voto bronca o voto miedo, quizás ganaría de nuevo el voto bronca, porque la política todavía no ha entendido el desafío que le ha propuesto Milei. Este cuestionamiento profundo a metodologías y formatos de acción política que han quedado evidentemente en el tiempo.

La política tradicional argentina creo que adolece hoy de falta de entender los entornos tecnológicos, digitales, los contenidos digitales, y ahí hay una gran necesidad, porque hay una generación que se nutre solamente de esos formatos. Ahí es donde Milei se ha empoderado y pudo ganar las elecciones. Y hoy, si uno ve, por ejemplo, cualquier tipo de encuesta, dónde están los apoyos a Milei, ve con mucha claridad que los menores de 35 años, ahí es donde justamente este Gobierno tiene más apoyo.

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Así como, en su momento, de manera infructuosa, el peronismo de alguna manera ayudó a La Libertad Avanza a constituirse para dividir a Juntos por el Cambio, ¿creés que al revés, el peronismo hoy tendría que ayudar a que Juntos por el Cambio se reconstituya para que no sea captado por la libertad avanza?

Es difícil, Jorge, porque, a ver, Milei tiene en su componente de voto un gran componente de voto peronista, tanto de la provincia de Buenos Aires como del NEA, como del NOA. Por eso yo sostengo que un acuerdo abierto con Mauricio Macri, yo creo que perjudicaría más que lo beneficiaría a Milei en este momento, porque tiene ahí entre 10 y 15 puntos que una alianza con Macri no sé si la ven bien. Más allá de que hay muchos votantes de Macri y de Patricia Bullrich y de Larreta que están hoy con Milei. Pero un acuerdo así, a cielo abierto, me parece que no. Es más probable que Milei o los estrategas de Milei estén pensando en un acuerdo postelectoral, allí sí, con los diputados que saque el PRO por su cuenta y los que saque el Gobierno por su lado.

Habrá que ver. Yo no sé si el peronismo hoy puede identificarse como un único peronismo, habida cuenta de las tensiones internas. Fijate que, si no hay ningún cambio en el statu quo político interno. Hoy puede haber tres peronismos en funciones electorales. Esto es grave para una fuerza opositora que pretende, en algún momento, volver a ser gobierno. Yo te diría, espero que el peronismo, o los peronismos, reflexionen acerca de su rol y estén a la altura de las circunstancias.

Creo que el sistema democrático argentino hoy está realmente tensionado. Este es un gobierno al cual no le sienta bien el aspecto democrático, y evidentemente necesitamos que las fuerzas democráticas, o las fuerzas políticas más importantes, entre ellas el peronismo, cumplan el rol que les toca históricamente.

¿No encontrás entonces una contradicción sustancial entre si La Libertad Avanza es más peronista que liberal, que un Juntos por el Cambio, y fundamentalmente el PRO, termine siendo aliado de La Libertad Avanza? ¿En el fondo, aunque en la superficie pueda parecer que hay coincidencias, en realidad son coincidencias secundarias, pero las primarias son contradictorias?

Sí, yo creo que este Gobierno es una especie de laboratorio de ensayos políticos, ¿no? Porque toman algunas cosas del PRO, otras cosas del radicalismo, otras cosas del peronismo, otras del kirchnerismo, y van haciendo mezclas y van probando en términos de laboratorio de opinión pública.

Habrá que ver cómo termina. Yo creo que esta es una cuestión en la cual están aprovechando dos circunstancias históricas que se dan coincidentemente. Es mundial que hay una recesión democrática, es mundial que las ultraderechas han ganado modernidad y protagonismo en todo el mundo. En Argentina han metido un presidente, y al mismo tiempo la política tradicional está en sus bajos niveles de apoyo histórico y de credibilidad.

Yo lo que diría, en este contexto, es que la política debe recuperar la credibilidad antes de trazar cualquier tipo de plan de oposición al Gobierno. Esa es la credibilidad que le puede dar a la Argentina una mirada democrática sostenible en el tiempo.

FM

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