Más allá del paro del pasado 30 de octubre, una serie de medidas de fuerza de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) en los centros de formación y entrenamiento de pilotos (Cefepra) causaron que Aerolíneas Argentinas tuviera que cancelar en los últimos días dos vuelos con destino a Europa y reprogramar otros dos a Miami y a Cancún por falta de pilotos para comandar los Airbus 330, ya que estos no pudieron renovar su licencia.
Según fuentes de la línea aérea de bandera, hoy tuvieron que cancelar un vuelo a Madrid y otro a Roma y ayer se reprogramó uno a Cancún con un cambio de aeronave en Brasilia por falta de personal para hacer el vuelo completo. Para mañana estaba prevista otra reprogramación con destino a Miami, que se hará con un Boeing 737 Max 8, con escala técnica en Lima, Perú.
En cuanto a cómo seguirá el conflicto, dijeron que la afectación dependerá del día a día y no debería ser permanente, aunque ya hubo cuatro paros de 24 horas que van arrastrando problemas en el centro de entrenamiento de la empresa.
El 22 de octubre pasado, APLA había anunciado en sus redes sociales que iba a implementar un paro en los simuladores de vuelo desde el 1° hasta el 10 de noviembre y que la medida de fuerza iba a ser total particularmente los días 6 y 13 de noviembre, abarcando todas las actividades de instrucción, incluyendo cursos y simuladores.
“La falta de comunicación por parte de las autoridades de la empresa y del Gobierno nos deja sin razones para ser optimistas sobre la resolución de este conflicto. Es imprescindible que el Gobierno y los ejecutivos de la empresa reanuden el diálogo y generen propuestas en pos de un acuerdo”, dijeron en referencia al conflicto salarial, y agregaron que, si la actitud empresarial persiste, intensificarán sus acciones.
“Las operaciones de Aerolíneas Argentinas podrían verse afectada en diciembre y será responsabilidad exclusiva de la empresa, ante la urgente necesidad de recomponer nuestros salarios”, advirtieron los pilotos.
Cabe recordar que el gremio ya había amenazado con paralizar el funcionamiento de la empresa en octubre pasado con la renuncia del gerente de Operaciones, Gustavo García Lemos, que finalmente continuó en su cargo.
En lo que va del año también hubo 14 paros aeronáuticos, que habrían ocasionado pérdidas a la empresa por aproximadamente US$26 millones, razón por la cual el Gobierno echó del directorio de Aerolíneas al titular del gremio de los pilotos, Pablo Biró.
Los pilotos y el gremio de los aeronavegantes, a cargo de Juan Pablo Brey, piden una recomposición salarial de entre el 25% y el 70% por la pérdida de poder adquisitivo ante la inflación desde noviembre de 2023, mientras que Aerolíneas ofrece un 11%, en línea con el aumento de los empleados estatales.
La semana pasada, el Gobierno logró emitir un dictamen de mayoría en la Cámara de Diputados para privatizar Aerolíneas Argentinas y, con ello, se encuentra en condiciones de llevar esta discusión al recinto, donde todavía no tiene garantizada una victoria.
Los libertarios consiguieron imponer su propuesta durante el plenario de las comisiones de Transporte y Presupuesto, gracias al aporte de Pro, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Producción y Trabajo y la UCR, quienes sumaron 35 firmas. También lo hizo Paula Oliveto, de la Coalición Cívica (CC), quien se diferenció de su compañero de bloque Maximiliano Ferraro.
El despacho de mayoría se obtuvo a través de la combinación de los proyectos de Hernán Lombardi (Pro) y Juan Manuel López (CC). Ambos textos pretendían declarar como “sujeta a privatización” la aerolínea de bandera, pero el de López exige un proceso de venta más riguroso que involucre un régimen de “buen gobierno corporativo” a través de instrumentos de evaluación, auditoría y control, que “garantice una gestión con principios de eficiencia, generación de valor, transparencia e integridad”. Es lo que se estipuló en el segundo artículo del texto común.
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