El fundador de la compañía, Jeff Bezos, contó detalles de una de las transacciones más insólitas durante los primeros años de su compañía de comercio electrónico.
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El 22 de julio de 1994, Jeff Bezos abrió la puerta de una compañía que con el correr de los años se convertiría en un grandísimo imperio. A mediados de los 90′s, Amazon comenzó como una librería online y luego fue sumando nuevos productos a sus góndolas. Lo que siguió es relativamente conocido: el proyecto del joven empresario estadounidense se transformó en el paradigma mundial del comercio electrónico.
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Al revisar la historia de Amazon aparecen planes de crecimiento, éxito arrollador, diversificación del negocio y polémicas intensas que, en conjunto, catapultaron a su fundador al selecto grupo de las personas más ricas en el mundo. También hay curiosidades: una de ellas, jugosísima, fue narrada por el mismísimo Bezos. Es un cuento que, más allá de su carácter excéntrico y gracioso, revela cuánto ha evolucionado en estas décadas el e-commerce.
Amazon: la historia del pago más extraño que recibió Jeff Bezos
El patrimonio neto del creador de Amazon supera actualmente los 200.000 millones de dólares. Cuando su tienda en línea daba los primeros pasos, las cifras que manejaba no eran las de ahora. En un video que recoge del arcón de los recuerdos el sitio Genbeta, un joven Bezos cuenta la historia de un pago singularísimo que recibió desde Bulgaria.
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200 dólares escondidos en un disquete, un pago que llegó desde Bulgaria. (Video: YouTube/Stefan Genadiev)
En una conferencia celebrada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el empresario contó que en los primeros meses de recorrido de Amazon no eran frecuentes los pagos a través de Internet. El comercio electrónico comenzaba a transitar y seducir a los compradores, aunque algunos se resistían a compartir los datos de sus tarjetas bancarias en sitios web.
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El cuento de Bezos retoma el caso de un comprador que hizo un pedido desde Bulgaria, cuando Amazon aún estaba disponible únicamente en el mercado estadounidense. El cliente se negó a pagar con tarjeta de crédito y decidió pagar en efectivo. Ahora bien, ¿cómo hacerlo, por entonces, desde el mencionado país Europeo con destino a EE.UU.?
¿Qué hizo? Envió dos billetes de 100 dólares ocultos en un disquete, el medio de almacenamiento por entonces frecuente, antes a los CDs y a las plataformas en la nube. Además, para que los vendedores sepan a qué pedido correspondía, incluyeron una nota con el número correspondiente.