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La actividad humana está cambiando también la Tierra profunda

El impacto de las actividades humanas en la superficie de la Tierra, como por ejemplo mediante las emisiones de gases de efecto invernadero o la deforestación, ha sido ampliamente estudiado y ha dado paso al debate sobre la irrupción de una nueva era geológica, denominada Antropoceno. Ahora, los científicos están investigado cómo los humanos impactan el subsuelo profundo de la Tierra, una zona que se encuentra entre cientos de metros y varios kilómetros debajo de la superficie del planeta.

Un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Earth’s Future y desarrollado por investigadores de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, concluye que las actividades humanas tienen un intenso impacto en el flujo de fluidos subterráneos profundos de la Tierra, en una tendencia que promete intensificarse en las próximas décadas a partir de las necesidades planteadas por el proceso de transición energética en curso.

Un Antropoceno profundo

El Antropoceno, como una nueva era geológica propuesta para dar cuenta del intenso cambio producido en el planeta por la actividad humana, principalmente desde la Revolución Industrial hasta hoy, se encuadra habitualmente en términos de variaciones en el clima, los ecosistemas y el uso de la tierra, pero pensados a nivel superficial.

Sin embargo, estas intensas modificaciones han ido acompañadas de cambios en el ciclo del agua de la Tierra, incluyendo el agotamiento del almacenamiento de agua subterránea debido al bombeo en muchas regiones. Hasta el momento, la escala del cambio antropogénico en el subsuelo a profundidades más allá de los pozos de agua típicos ha recibido menos atención.

A pesar de esto, los caudales de fluidos asociados con la producción de petróleo y gas probablemente superan los caudales naturales de agua subterránea a profundidades superiores a 500 metros. El impacto de los mismos, por ejemplo mediante técnicas como la fracturación hidráulica o fracking, como así también otras estrategias destinadas a la producción de hidrocarburos no convencionales, pueden impactar fuertemente a grandes profundidades.

Se espera además que los impactos antropogénicos en esta zona más profunda del subsuelo de la Tierra aumenten dramáticamente a medida que se busca almacenar carbono, extraer litio de salmueras profundas y producir energía geotérmica, como parte de la transición energética orientada al progresivo reemplazo de los hidrocarburos y otras fuentes energéticas tradicionales.

Modificaciones comprobadas

«Demostramos que las tasas de inyección de fluido o las tasas de recarga de las actividades de petróleo y gas son mayores de lo que ocurre naturalmente«, indicó en una nota de prensa la científica Jennifer McIntosh, autora principal del nuevo estudio.

Utilizando datos existentes de diversas fuentes, como por ejemplo mediciones de movimientos de fluidos relacionados con la extracción de petróleo y gas y las inyecciones de agua para energía geotérmica, el equipo de especialistas descubrió que las tasas actuales de movimiento de fluidos inducidas por las actividades humanas son más altas, en comparación a cómo se movían los fluidos antes de la intervención humana. Todo indica que esta tendencia continuará incrementándose.

«Necesitamos utilizar el subsuelo profundo como parte de la solución a la crisis climática. Sin embargo, sabemos más sobre la superficie de Marte que sobre el agua, las rocas y la vida en las profundidades de la Tierra», concluyó McIntosh.

Referencia

Acceleration of Deep Subsurface Fluid Fluxes in the Anthropocene. Jennifer McIntosh, Grant Ferguson et al. Earth’s Future (2024). DOI:https://doi.org/10.1029/2024EF004496

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