La inflación interanual en Brasil alcanzó un 5,06% en febrero, superando por primera vez el 5% desde septiembre de 2023, lo que representa un golpe negativo para el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, según los datos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Este aumento es considerablemente mayor que el 4,56% registrado en enero, en gran parte debido a un repunte en los precios de la electricidad, que subieron un 16,8% para los hogares, el mayor aumento desde 2003.
Este incremento en los costos energéticos fue la principal causa del aumento mensual de los precios, que subieron un 1,31%, el mayor aumento para un mes de febrero en más de dos décadas.
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En enero, la inflación había mostrado una pequeña desaceleración, impulsada por un descuento temporal en las facturas de electricidad gracias a los beneficios de la central hidroeléctrica de Itaipú, clave para la producción de energía en el país.
Sin embargo, la recuperación de los precios de la electricidad ha revertido esta tendencia en febrero, afectando negativamente el panorama inflacionario.
Además, los precios de la educación aumentaron un 4,7%, reflejando el alza de las tarifas escolares al comenzar el año lectivo.
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A pesar de estos aumentos, los precios de los alimentos mostraron una desaceleración ligera en comparación con enero, aunque varios productos, como el café y los huevos, siguen registrando fuertes incrementos de precios, con aumentos de hasta el 15,39% y el 10,77%, respectivamente.
En respuesta a estos aumentos, el gobierno de Lula ha anunciado medidas para intentar contener la inflación, incluida la eliminación de impuestos de importación sobre productos como carne, azúcar y aceite de oliva.
No obstante, la recuperación de la inflación en febrero ha alejado ampliamente a Brasil de su meta de inflación, que es de entre el 1,5% y el 4,5%. Los expertos y las instituciones financieras anticipan que la inflación podría alcanzar el 5,68% en 2025, lo que refleja un escenario complicado para la economía brasileña.
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El aumento de la inflación también ha tenido repercusiones en la política económica del país. El Banco Central de Brasil ha elevado varias veces la tasa de interés, que actualmente se encuentra en el 13,75%, con el objetivo de controlar los avances inflacionarios.
Aunque se espera que en la próxima reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) se apruebe un aumento adicional de 100 puntos base, llevando la tasa Selic al 14,25%, los analistas no prevén más ajustes a corto plazo, dado que la actividad económica se ha mostrado débil en el último trimestre de 2023 y las proyecciones para el primer trimestre de 2024 no son prometedoras.
A pesar de la alta inflación, algunos economistas sostienen que el ciclo de ajuste monetario podría estar llegando a su fin, ya que el Banco Central podría considerar que las tasas actuales son suficientes para contener la inflación, aunque también es posible que se realicen ajustes adicionales de entre 50 y 75 puntos básicos si la inflación no muestra signos de desaceleración.
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Además del panorama económico, el aumento de la inflación ha coincidido con una muy fuerte caída en la popularidad de Lula.
Según una encuesta del instituto Datafolha, la tasa de aprobación de su gobierno cayó al 24%, la más baja de sus mandatos, lo que refleja un creciente descontento entre la población debido a la situación económica y las dificultades para controlar la inflación.
Este descenso en la popularidad podría complicar aún más la gestión del gobierno y sus esfuerzos por implementar políticas económicas efectivas en un contexto de alta inflación y fuerte desaceleración económica.
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La inflación en Brasil ha repuntado en febrero debido principalmente al aumento de los precios de la electricidad y la educación, lo que ha generado preocupaciones sobre el poder adquisitivo de las familias.
Además de algunos gastos inútiles efectuados por el estado como por ejemplo la organización de conciertos ”gratuitos”, han contribuido al elevadísimo aumento del índice de inflación.
Las medidas gubernamentales para reducir los precios y la subida de las tasas de interés son respuestas clave ante este panorama, pero los expertos advierten que la inflación podría seguir siendo un reto para la economía del país en los próximos meses, ya que no se prevé una disminución en la misma.
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