“Nunca había sacado un pez tan grande en mi ciudad, tuve que meterme dentro del agua”. Con esa frase abre su relato en La Gaceta de Salamanca el pescador español Juan Curto, quien pescó en el río Tormes una carpa que casi alcanza los 20 kilos. “Por fin llegó el día que tanto esperaba. Una lucha de 25 minutos que hizo que entendiera que el tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido. Después de su cura, volvió al agua con libertad. Quién sabe si, en un tiempo lejano, me volveré a sorprender con ella pesando más”. Sentenciaba el feliz aficionado a través de su cuenta de Instagram, tras lograr la semana pasada la proeza que tanto tiempo llevaba esperando que llegara a su vida y, en concreto, a su dilatada trayectoria como pescador: pescar la carpa más voluminosa que jamás había logrado captar en su ciudad natal.
“Llevo mucho tiempo dedicándome a la pesca. Concretamente, desde los 6 años, gracias a la pasión que me inculcaron mi abuelo y mi padre por este ocio, en el que me he ido adentrando, cada vez más, en la modalidad del carpfishing”, rememora Curto, añadiendo que era la primera vez que había pescado un pez de semejante tamaño en Salamanca. Su peso final fue de 18,9 kg. Un verdadero peso pesado.
Respecto al proceso que siguió antes de dar con esta carpa tan voluminosa en la zona en la que consiguió capturarla, la de Huerta Otea, Curto reconoce que fue de gran dificultad y debió meterse dentro del agua ante las muchas malezas y las espadañas que hay en las orillas del Tormes para sacarla. Sobre el truco que ha seguido de cara a conseguir esta proeza que tenía apuntada en su lista de tareas pendientes, Juan Curto confiesa que el cebo que echó aquel día era uno de melón-miel, de la marca MS Fishing. “El día en el que conseguimos pescar esta carpa llevábamos pescando tres horas y, hasta que la pudimos traer a la orilla, pasaron 25 minutos de reloj. Al final, este tipo de pesca te lleva mucho tiempo porque el pez tira mucho y tienes que tener mucho cuidado para que no se parta el hilo y que no sufra la boca del pez”, comenta Curto, rememorando su hazaña y elogiando la modalidad a la que lleva dedicándose tanto tiempo: “Los que nos dedicamos al carpfishing tratamos muy bien a las especies que capturamos. Cada vez que sacamos a un pez del agua lo hacemos con mucho cuidado para que no se roce la piel y curamos al pez con antisépticos bacterianos antes de volver a soltarlo”.
El portal destaca que no ha sido la única vez en la que Curto ha pescado un pez de gran tamaño. De hecho, este salmantino siempre ha estado acostumbrado a capturar peces de 10 kilos y ya pescó un esturión de 22 kilos en el Estrella Lake en Portugal. “Cuando picó en el cebo, nunca pensamos que fuese a ser tan grande. La levanté y llamé a mi compañero para sacarla y hacernos las fotos pertinentes antes de volverla a soltar”, sentenció, aprovechando para pedir al Gobierno regional que legalice las zonas de pesca nocturna al ser este el momento en el que más se da: “Nos gustaría que la Junta legalizara las zonas de pesca nocturna, ya que, cuando más actividad hay, tenemos que recoger y pensar en el día siguiente y, en la mayoría de comunidades, ya existen. Queremos zonas así, aunque haya que sacar un permiso y demostrar que, al día siguiente, estará todo recogido, sin nada que entorpezca o contamine a la naturaleza”.
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